Al diablo las instituciones: AMLO
Por Juan Manuel Anguiano
juan.anguiano@nuevoexcelsior.com.mx
Bajo la premisa de no exponer la viabilidad del movimiento de resistencia civil contra la "imposición" de Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador pidió a sus seguidores no acudir a las inmediaciones de San Lázaro y llamó al Ejército mexicano a desobedecer cualquier orden de represión contra el pueblo.
"Aún estando a cinco calles del Congreso, no vamos a ir, aquí nos vamos a quedar el día de hoy. ¿O creen ustedes que hay que ir allá a hacerles el juego? No tiene ningún sentido, ¡Que se queden con sus tanquetas, que se queden con sus soldados!", dijo el perredista ante miles de simpatizantes que llegaron al Zócalo dispuestos a movilizarse para protestar en el Congreso de la Unión.
El tabasqueño argumentó que el impresionante operativo de seguridad en torno a la Cámara de Diputados es una provocación para "descarrilar" la resistencia y evitar que se realice la Convención Nacional Democrática.
"¿Por qué les preocupa la Convención?", preguntó el candidato. "Porque ya hemos decidido hacer a un lado a todas esas instituciones caducas, corruptas, que no sirven para nada y que no representan el interés general, y ya empezó una revolución de la conciencia para que el pueblo se dé la forma de su gobierno.
"Al diablo"
"Vamos a la Convención porque vamos a tener un gobierno de la República. ¡Que se vayan al diablo con sus instituciones!", sentenció voz en cuello.
Afirmó que la antidemocracia siempre se hace acompañar de autoritarismo y que el presidente Vicente Fox busca que el conflicto poselectoral se resuelva con enfrentamientos.
"Se equivoca ese traidor a la democracia, nosotros no tenemos nada que dirimir con la policía o con el Ejército; este es un asunto político no policiaco ni militar", dijo.
Refirió que las fuerzas armadas no deben emplearse para justificar el fraude electoral, para justificar la incapacidad de los gobiernos civiles, y mucho menos puede usarse para reprimir la lucha por la justicia, la libertad y la democracia.
Aseguró que sus detractores están preocupados porque una mayoría de la ciudadanía ya no está dispuesta a aceptar las reglas del juego: "Lo que más les preocupa es que vamos a tener nuestro propio gobierno. Y sí, van a haber dos gobiernos: el gobierno del hampa de la política y el gobierno surgido de este movimiento popular".
Un inesperado golpe de timón
Poco faltó para que la liga que Andrés Manuel López Obrador ha estirado desde el 2 de julio, se rompiese. En el Zócalo, se preparaba el operativo para ir hasta las vallas que rodeaban la Cámara de Diputados. Se espera la "guerra".
"Si alguien se infiltra, hay que señalarlo a nuestros compañeros de seguridad... pónganse un pañuelo en el cuello... lleven vinagre para mojar trapos por si nos echan gases... nuestra marcha va a ser pacífica, no responderemos agresiones... si nos atacan no vamos a responder... si lanzan bombas de humo no las agarren con las manos pelonas... ", eran las instrucciones dictadas en la carpa del estado de Morelos, en el corazón del Zócalo. Una de las 22 instaladas en la Plaza.
Son las 15:00 horas y falta una hora para el discurso de López Obrador. El plantón del Zócalo se inunda del olor de los pescados que fríen los que vienen desde Oaxaca. Una chica hace belly dance en el escenario. Un camión es equipado con catorce bocinas, seis buffers, una consola y una planta eléctrica propia; se dice que es el vehículo que irá a la vanguardia de la manifestación que llegará al cerco. Truenan cohetones constantemente.
Asamblea 34
La asamblea informativa 34 inicia tras una intensa lluvia, con el parte de guerra leído por Marcelo Ebrard: el gobierno federal instaló diez kilómetros lineales de vallas metálicas, tiene a más de siete mil elementos de seguridad en torno a San Lázaro, una docena de colonias son sitiadas, todo con un costo de 127 millones de pesos.
Andrés Manuel escucha atento. Cruza los brazos, se toma las manos por detrás, luego por delante.
Toma el estrado y observa a la multitud que grita "¡No estás solo...!", aprieta los labios, se recarga, sonríe y comienza su discurso. La multitud guarda silencio. Se aguarda la orden para tomar por Corregidora, marchar cinco cuadras hasta la primer valla metálica de tres metros de alto,y de ahí a ver qué ocurre.
El discurso es rudo: "Hemos decidido hacer a un lado las instituciones caducas. ¡Al diablo con sus instituciones!"; y expone la agenda mínima: "vamos a tener nuestro propio gobierno. Va a haber dos gobiernos, el del movimiento popular y ciudadano, la otra es una república patito, chaparra".
El escenario está listo. Falta la orden de marchar a San Lázaro. Pero Andrés Manuel da una vuelta de tuerca inesperada: "El Ejército no puede atacar al pueblo. No tenemos que dirimir nada con la policía o el Ejército, esto es un asunto político. Si actúa la PFP, la culpa va a ser del Ejército. Propongo que nuestra energía la usemos en la Convención Nacional Democrática".
"Les pregunto, ¿nos vamos allá o nos quedamos aquí?", el recuento de Ebrard rinde frutos. La asamblea determina desactivar la marcha, aguardar en el Zócalo. "Esa es la decisión", confirma el tabasqueño.
Telespectador
Andrés Manuel observa en una pequeña televisión portátil cómo Carlos Navarrete anuncia que el PRD tomará la Tribuna hasta que se retire el cerco policiaco, a Vicente Fox llegando a la Cámara, a los diputados perredistas coreando el "¡Voto por Voto!".
César Yáñez le acompaña. No hay televisión para más miradas. Entran y salen de la tienda Jesús Ortega, Leonel Cota, Luis Mandoki...
Una tormenta de diez minutos azota la tienda en el instante en que las bocinas instaladas en el Zócalo reproducen la voz de un locutor que dice que la Tribuna ha sido tomada, y que Vicente Fox entrega su Informe por escrito y se va de la Cámara.
Los perredistas con gafete de "acceso total" en la plaza de la Constitución y la multitud empapada en la plaza, celebran por primera vez en dos meses.
López Obrador se mantiene en su tienda. Sus colaboradores entran y salen de ella. Ya no dará mensajes en el transcurso de la noche.
"Si no, qué dice mañana", dice un exhultante César Yáñez.
Por Arturo Páramo
En la siguiente página:
...Y el plantón cambió de sede
juan.anguiano@nuevoexcelsior.com.mx
Bajo la premisa de no exponer la viabilidad del movimiento de resistencia civil contra la "imposición" de Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador pidió a sus seguidores no acudir a las inmediaciones de San Lázaro y llamó al Ejército mexicano a desobedecer cualquier orden de represión contra el pueblo.
"Aún estando a cinco calles del Congreso, no vamos a ir, aquí nos vamos a quedar el día de hoy. ¿O creen ustedes que hay que ir allá a hacerles el juego? No tiene ningún sentido, ¡Que se queden con sus tanquetas, que se queden con sus soldados!", dijo el perredista ante miles de simpatizantes que llegaron al Zócalo dispuestos a movilizarse para protestar en el Congreso de la Unión.
El tabasqueño argumentó que el impresionante operativo de seguridad en torno a la Cámara de Diputados es una provocación para "descarrilar" la resistencia y evitar que se realice la Convención Nacional Democrática.
"¿Por qué les preocupa la Convención?", preguntó el candidato. "Porque ya hemos decidido hacer a un lado a todas esas instituciones caducas, corruptas, que no sirven para nada y que no representan el interés general, y ya empezó una revolución de la conciencia para que el pueblo se dé la forma de su gobierno.
"Al diablo"
"Vamos a la Convención porque vamos a tener un gobierno de la República. ¡Que se vayan al diablo con sus instituciones!", sentenció voz en cuello.
Afirmó que la antidemocracia siempre se hace acompañar de autoritarismo y que el presidente Vicente Fox busca que el conflicto poselectoral se resuelva con enfrentamientos.
"Se equivoca ese traidor a la democracia, nosotros no tenemos nada que dirimir con la policía o con el Ejército; este es un asunto político no policiaco ni militar", dijo.
Refirió que las fuerzas armadas no deben emplearse para justificar el fraude electoral, para justificar la incapacidad de los gobiernos civiles, y mucho menos puede usarse para reprimir la lucha por la justicia, la libertad y la democracia.
Aseguró que sus detractores están preocupados porque una mayoría de la ciudadanía ya no está dispuesta a aceptar las reglas del juego: "Lo que más les preocupa es que vamos a tener nuestro propio gobierno. Y sí, van a haber dos gobiernos: el gobierno del hampa de la política y el gobierno surgido de este movimiento popular".
Un inesperado golpe de timón
Poco faltó para que la liga que Andrés Manuel López Obrador ha estirado desde el 2 de julio, se rompiese. En el Zócalo, se preparaba el operativo para ir hasta las vallas que rodeaban la Cámara de Diputados. Se espera la "guerra".
"Si alguien se infiltra, hay que señalarlo a nuestros compañeros de seguridad... pónganse un pañuelo en el cuello... lleven vinagre para mojar trapos por si nos echan gases... nuestra marcha va a ser pacífica, no responderemos agresiones... si nos atacan no vamos a responder... si lanzan bombas de humo no las agarren con las manos pelonas... ", eran las instrucciones dictadas en la carpa del estado de Morelos, en el corazón del Zócalo. Una de las 22 instaladas en la Plaza.
Son las 15:00 horas y falta una hora para el discurso de López Obrador. El plantón del Zócalo se inunda del olor de los pescados que fríen los que vienen desde Oaxaca. Una chica hace belly dance en el escenario. Un camión es equipado con catorce bocinas, seis buffers, una consola y una planta eléctrica propia; se dice que es el vehículo que irá a la vanguardia de la manifestación que llegará al cerco. Truenan cohetones constantemente.
Asamblea 34
La asamblea informativa 34 inicia tras una intensa lluvia, con el parte de guerra leído por Marcelo Ebrard: el gobierno federal instaló diez kilómetros lineales de vallas metálicas, tiene a más de siete mil elementos de seguridad en torno a San Lázaro, una docena de colonias son sitiadas, todo con un costo de 127 millones de pesos.
Andrés Manuel escucha atento. Cruza los brazos, se toma las manos por detrás, luego por delante.
Toma el estrado y observa a la multitud que grita "¡No estás solo...!", aprieta los labios, se recarga, sonríe y comienza su discurso. La multitud guarda silencio. Se aguarda la orden para tomar por Corregidora, marchar cinco cuadras hasta la primer valla metálica de tres metros de alto,y de ahí a ver qué ocurre.
El discurso es rudo: "Hemos decidido hacer a un lado las instituciones caducas. ¡Al diablo con sus instituciones!"; y expone la agenda mínima: "vamos a tener nuestro propio gobierno. Va a haber dos gobiernos, el del movimiento popular y ciudadano, la otra es una república patito, chaparra".
El escenario está listo. Falta la orden de marchar a San Lázaro. Pero Andrés Manuel da una vuelta de tuerca inesperada: "El Ejército no puede atacar al pueblo. No tenemos que dirimir nada con la policía o el Ejército, esto es un asunto político. Si actúa la PFP, la culpa va a ser del Ejército. Propongo que nuestra energía la usemos en la Convención Nacional Democrática".
"Les pregunto, ¿nos vamos allá o nos quedamos aquí?", el recuento de Ebrard rinde frutos. La asamblea determina desactivar la marcha, aguardar en el Zócalo. "Esa es la decisión", confirma el tabasqueño.
Telespectador
Andrés Manuel observa en una pequeña televisión portátil cómo Carlos Navarrete anuncia que el PRD tomará la Tribuna hasta que se retire el cerco policiaco, a Vicente Fox llegando a la Cámara, a los diputados perredistas coreando el "¡Voto por Voto!".
César Yáñez le acompaña. No hay televisión para más miradas. Entran y salen de la tienda Jesús Ortega, Leonel Cota, Luis Mandoki...
Una tormenta de diez minutos azota la tienda en el instante en que las bocinas instaladas en el Zócalo reproducen la voz de un locutor que dice que la Tribuna ha sido tomada, y que Vicente Fox entrega su Informe por escrito y se va de la Cámara.
Los perredistas con gafete de "acceso total" en la plaza de la Constitución y la multitud empapada en la plaza, celebran por primera vez en dos meses.
López Obrador se mantiene en su tienda. Sus colaboradores entran y salen de ella. Ya no dará mensajes en el transcurso de la noche.
"Si no, qué dice mañana", dice un exhultante César Yáñez.
Por Arturo Páramo
En la siguiente página:
...Y el plantón cambió de sede
1 Comments:
Excellent report by the CEPR.
http://www.cepr.net/publications/mexico_discrepancies_2006_08.pdf
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